Los desastres naturales como huracanes, tormentas y sismos generan  una enorme presión sobre la economía de cualquier país como México y lamentablemente, las pérdidas materiales son inevitables para los negocios.

En general, las economías latinoamericanas se caracterizan por tener una base económica concentrada en el sector agrícola, ganadero y/o pequeñas o medianas empresas.

Tan solo en México, hablamos del principal país productor de hortalizas en América Latina y el segundo lugar en el cultivo de fruta, solo por detrás de Brasil. Respecto a las actividades agrícolas también juegan un papel esencial en la economía del país, con una participación en el producto interno bruto (PIB) de 2.5% y un flujo constante de inversión extranjera directa (IED), que durante el primer trimestre de 2022 superó los 22 millones de dólares.  

Así que, tras un desastre natural, los comercios dentro de estos sectores enfrentan problemas debido a factores como la necesidad de asumir costos por reconstrucciones, adaptaciones o simplemente porque la producción puede verse detenida así como las vías de transportación paralizadas.

En general, la cadena de valor se ve comprometida y muchos proyectos e inversiones deben ser reprogramadas o sufren importantes demoras.

De acuerdo con la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura), los desastres naturales en América Latina han disparado de forma importante las importaciones en la última década, reduciendo al mismo tiempo las exportaciones como consecuencia de la pérdida de infraestructura, producción y/o cosechas destinadas a los mercados extranjeros.

En los últimos 20 años se ha ampliado constantemente el superávit del comercio agrícola  de América Latina y el Caribe, que pasó de 26 mil millones de dólares en 2000, a casi 138 mil millones en 2019). Así, las exportaciones totales aumentaron de 45 mil millones de dólares a 193 mil millones hasta 2019, mientras que las importaciones totales se incrementaron de 20 mil millones de dólares a 55 mil millones en 2019.¹

Así, en el corto plazo, los desastres naturales vuelven vulnerables a las actividades socio productivas de las zonas afectadas, provocando una pérdida de producción regional con impactos claros en el medio ambiente, la economía y confianza del consumidor seguida de crecimientos en el área de la construcción y precios del mercado asegurador.

Asimismo, las ventas minoristas de productos de primera necesidad se ven impulsadas en el período inmediato como reflejo de la compra de artículos como agua embotellada, arroz, cobijas y suministros para las áreas afectadas.

En el caso de México, las zonas afectadas por los sismos como el registrado el 19 de septiembre de 2017 representaron centros significativos para la actividad económica nacional.  

De acuerdo con Expansión, tras los sismos registrados en el 2017, los estados más impactados fueron Chiapas, Oaxaca, Puebla, Morelos, el Estado de México y la Ciudad de México, entidades que representan alrededor del 35% del PIB nacional, concentrando gran parte de la actividad comercial, financiera y de manufactura. 

En los días posteriores a los sismos, decenas de tiendas detuvieron su operación. Sin embargo, la recuperación fue avanzando poco a poco. Por ejemplo, las ventas minoristas se vieron impulsadas, ya que las personas adquirieron agua embotellada, arroz, cobijas y otros suministros para enviarlos a las áreas afectadas.

Algunas cadenas, además del cierre de tiendas por varios días, debieron incurrir en gastos significativos:

  • Liverpool destinó 186 millones de pesos al pago de deducibles de seguro y reparaciones menores en tiendas afectadas.
  • La Comer reportó un gasto de más de 20 millones de pesos en reparaciones y el costo de la campaña de donación de despensas a las familias damnificadas.

Inclusive en el canal de restaurantes, grupo Alsea reconoció un menor flujo de clientes.

Las ventas de bienes discrecionales como ropa deportiva, restaurantes y automóviles se vieron ligeramente mermadas en el corto plazo. 

De acuerdo con el informe de ventas de la casa de Bolsa GBM, Walmart de México reportó un crecimiento positivo en sus ventas comparables de septiembre de ese año derivado en parte de una mayor demanda de bienes para donación y abasto preventivo.

A tiendas iguales, las ventas crecieron 10.2%, pese al cierre temporal de 94 de sus tiendas por los desastres. 

Adicional a esto, el ticket promedio por cliente registró un incremento del 9.4% y el número de transacciones por tienda aumentó un 0.8 por ciento.

Sin embargo, los últimos acontecimientos son aún muy recientes para poder determinar el efecto real que podrán tener en los negocios, por lo que no es posible por ahora predecir o cuantificar dichos impactos.

Ahora que el planeta se manifiesta es prioritario impulsar políticas regionales orientadas a la creación de medidas y estrategias que mitiguen los impactos en tu punto de venta.

Teniendo siempre en mente la importancia de la protección y continuidad del negocio con el fin de no sufrir pérdidas sustanciales cuando suceden estos fenómenos naturales. 

En Storecheck somos tu mejor aliado para asegurar que tu producto esté disponible siempre en el PDV. 


Fuentes:
1.- https://www.fao.org/3/nc776es/nc776es.pdf